20 de setiembre de 2007

CHIQUITO ES EL PERU


Ya me tiene hart@ el tema del pelotero "Chiquito Flores". Medio mundo (porque no todo el mundo es peruano) sabía lo "jugador" que es. Pero algo que no siempre es evidente es como personajes lumpen como él representan a toda nuestra sociedad.

¿Que es lo que captaron los ampays de la urraca? Un pata que se vacilaba con un amigo suyo. Nada de besito gay. El punto es que "Chiquito" bien pudo juguetear con su pata de la misma forma que lo hace medio mundo (porque no toda la gente es masculina en el Perú): mariconeándose. ¿Debería haber escándalo por algo que es común y cotidiano?

Hasta donde conozco, el Perú es el único lugar en el mundo donde el mariconeo es una forma de patería que demuestra cierto grado de confianza que no se tendría, por ejemplo, con un simple "conocido". Gestitos como el "aay!!" y frases como "Oe, no seas cabro!", "Habla, maricón!", "Vaamos, no seas gay!!" pertenecen a la vida diaria de nuestra ciudad y son prácticamente señal de amistad.

Aunque lo parezca eso no nos ayuda a los "maricones de verdad". Refuerza la estigmatización y la discriminación. Si antes ya estabamos cagados con la cultura de la pendejada (donde para sentirse bien hay que joder, cagar o fregar a otro), ahora tenemos que sufrir su versión especializada en concentrar todas las frustraciones de nuestra alicaída sociedad en un solo punto.

Chiquito Flores tenia la opción de recurrir a su vena humorística (coloquial) para llevar deportivamente el tema y dejar mal parada a la super-hipócrita urraca, enterrando el asunto. Pero no. La cagó molestándose por la acusación, afirmándose como "macho". Y como no estaba seguro de haber dejado las cosas en claro, se desfogó con un pobre imbécil metiéndole una patada.

El "macho" es un personaje cagado. No le basta ridiculizar al resto para estar seguro de si mismo. No le basta con aprovecharse de las mujeres y agredirlas cuando no le quedan más recursos que la fuerza bruta. Necesita convencerse a cada momento que no es un verdadero maricón.

6 de setiembre de 2007

RANKING DE CAS(H)ERITOS

Mi amigocha "Iris" (el nombre es falso pero el verdadero va por allí) me contaba sus cuitas por su relación que acaba de terminar. Iris es lo que se denomina una "putraca" que hacia sus contactos por internet. No es que le fuera fenomenal en el negocio pero tampoco podía quejarse pues le alcanzaba para estudiar en un instituto (de como las "chicas" como ella ahorran o invierten sus ganancias es otro cuento que tocaré otro día). La cosa es que llegó a relacionarse con uno de sus "caseritos", un sereno municipal. "Fruto" de esa relación Iris dejo su oficio por cierto tiempo, totalmente ilusionada en que las cosas podrían ser diferentes para ella.

La ilusión, como toda ilusión, terminó rapidamente y pronto se vió de vuelta al combate. El serenito, Maycol (el nombre es falso pero el verdadero va por allí... también) no le dió la seguridad suficiente pues lo que en un principio parecia amor de pareja se reveló en su cruda realidad: Maycol buscaba satisfacerse con nuestra heroína. Para él aquello era el único placer que podría darse.

Esto me motivó una reflexión. Las tracas estamos cada vez más solicitadas porque las mujeres normales estan cada día más difíciles para nuestros "machotes". Esto es fuente de una tremenda frustración para los hombres que ven en la "dificilidad" de encontrar pareja o satisfacción sexual una signo más de su fracaso (profesional, laboral, familiar, etc.). Hablo casi también por la experiencia de haber tratado con tipos que no soportaban que una traca les dijera NO.

Como Maycol, la mayoria de caseritos de Iris resultaron ser tambien tipos con oficios o profesiones "populares", por así decirlo. Un poco para ahogar las penas con algo de gracia decidimos elaborar un ranking basado en sus conocimento del oficio. El siguiente es un ranking no-oficial, full-empirico-hipotético, de "fans" de tracas:

  1. Serenos/guachis/"agentes de seguridad"
  2. Jovenes estudiantes (pandilleros, "curiosos", "aventajados", "atrevidos")
  3. Tios (muy probablemente casados)
  4. Obreros (taxistas, vendedores, etc.)
  5. Juguiplayers (los patitas que se computan la gran huevada o ricotones, o los que dicen buscar "nuevas experiencias")
  6. Otros
Yo hubiera puesto en primer lugar a los "obreros", pero Iris me asegura que no. Sus principales clientes eran serenos como su "ex" Maycol. A unos los contactaba por los canales usuales, pero a otros los conoció a través de los problemas propios de la profesión: batidas, detenciones, vigilancia, etc. En su clientela -dice- tenía a un par de tombos que conoció en sendas batidas y a los cuales no les cobraba en principio sino cuando empezaron a hacerse habituales.

Supongo que los investigadores de carrera podrán encontrar otro orden de "preferencias", pero no puedo evitar sorprenderme por el dato. Es obvio que las tracas estamos mal vistas por todos (incluso dentro del ambiente), pero ¿tenemos que servir de desfogue a las frustraciones de nuestra sociedad?