31 de octubre de 2005

Noche de Disfraces

A pocas horas del evento esperado por todo pequeño depredador, el Hallowe'en, vienen a mi memoria, no las imágenes de fiestas o travesuras, sino el recuerdo anecdótico de un detalle crucial.
En mis años escolares la fecha me fue algo indiferente quizá porque me tocó vivir el nefasto quinquenio aprista cuando incluso los caramelitos de limón escasearon. Recien ad portas la secundaria se despertó mi interés por tan magno acontecimiento cuando a la directiva de la promo de 6to de primaria se le ocurrió la estupenda idea de armar una fiesta de disfraces para que los pequeños enemigos confraternizaramos.
Como era de esperarse con la expectativa generada se produjeron los dilemas y conflictos: ¿Que michi me pongo? ¿Donde encuentro el disfraz? ¿Cuanto va a costar?... ¿Y si me queda feo? A tan temprana edad empezamos a encontrarnos con la realidad en la forma de limitaciones económicas (Alan conch...) y de tensiones entre compañeros por la bendita competencia.
Como tod@ niñ@ buen@ no presioné a mis papis para que me compraran un superdisfraz con los personajes de moda (Rambo, Thundercats, Transformers, etc). Sin embargo, como era de esperarse, fue mi mami la que más interesada estuvo en que no haciera el ridiculo yendo con un disfraz "misio": pensaba disfrazarme de vaquero con mi lompa jean, camisa a cuadritos, un sombrero y punto. Mi madre me preguntó si quería verme "más mejor" disfrazandome de otra cosa. Inmediatamente me puse a cranear sobre las diferentes y distintas opciones. No sé como, pero vino inmediatamente a mi cabeza que quería disfrazarme de Torero.

- Ay carambas que bien mijito un torero. Si que te veras machote.

Ahora que recuerdo ese episodio, pienso... Ay mami, que ideas tienes!

Nos pusimos a analizar la propuesta: que se necesita para parecer un valiente y apuesto torero? 1. Boina, 2. chalequito de lentejuelas, 3. pantaloncito ajustado y ceñido, 4. pantimedias rosa, 5. zapatillas...
Yo noté que mi madre lo pensó dos y más veces. Yo la miraba y decia: parece que hay algo que no le cuadra y a mi sí. Que será? De todas formas ella conservó el entusiasmo, al menos así lo parecía, y fue adquiriendo unas cuantas cosillas para mandar a hacer el disfraz.

Entre tanto mis compañeritos también estaban en lo suyo. Recuerdo cuando fuimos en mancha a acompañar a un amigo a ver su disfraz al entonces Sears (hoy Saga Falabella, fúchila) llegando a comprarse el facilón traje de soldadito con su casco y su metralleta UZI a lo Rambo. Como él habrían otros 10 chicos que asistirían al tonito disfrazados de cachacos: Todo un pelotón.

El día de la fiesta, un viernes, aumentaron los apuros. A pocas horas de la fiesta mi mamá regresaba apurada de la costurera con el flamante disfraz. Al probármelo no encontré ninguna incomodidad pero mi madre, cuando no, decía que estaba horrible y me quedaba "chupete" asi que en un ratito (dijo) lo resolvería con su maquina de coser. Fueron como casi 2 horas de "rápido arreglo" durante las cuales me puse a ver "Los Transformers".
A casi 1 hora de la hora, baja mi madre apurada con el reacondicionado disfraz. Más apurada que yo, prácticamente me trato mismo juguete manipulando mis miembros como si fuera Pinocho. Contagiándome de su apuro también entré en psicosis al ver en el reloj que avanzaba el tiempo. Entre detalle y detalle había pasado casi una hora desde que comenzamos con el disfrazamiento.
Al final, casi olvidándose, mi madre sacó de su bolso las zapatillas "de torero" que se olvidó de probarme antes por si no eran de mi talla. Psicosis 2: no había tiempo de cambiarlas..., a la de Dios!
Pero no hubo más alharaca porque las zapatillas "de torero", que en realidad eran slippers de ballet color negro, me quedaron perfectas. No sólo eso, sino que -a diferencia del resto del disfraz- era toda una comodidad. Como una segunda piel.
Mi mami y yo compartimos algo de la misma emoción, aunque lo de ella iba más por la satisfacción que otorga la misión cumplida.

Llegando casi una media hora tarde no entré precisamente como un tardón. Otras familys habían pasado por similares contratiempos, asi que prácticamente entramos en manchón. El apresuramiento no era para menos porque teníamos que acabar antes de las 10 por el bendito toque de queda.
Como eramos niños, durante la fiesta nos fastidiabamos los unos a los otros y yo inevitablemente también fui objeto de algunas burlas aunque la peor parte no me la llevé yo sino uno que se disfrazó de Rambo con medio cuerpo calato al que medio mundo no paró de darle palmadas, y una niña que supuestamente se disfrazó de gatúbela pero más parecía terruca con su pasamontañas.

Pero ese día no había terminado en cuanto a descubrimientos, y entonces me encontre con una compañera que se disfrazó de campesina (?) y se había puesto unas zapatillas igualitas a las mías. Creo que inmediatamente ambos nos dimos cuenta de que teníamos algo en común, y no precisamente la amistad porque antes no nos hablabamos ni para plagear. Nos saludamos e intercambiamos algunas palabritas. Entonces hizo la temida observación

- Hey tienes zapatillas igualitas a las mias
- Uy, si pess!! Es que mi mamá...
- Son ricas verdad?

Imaginense como me puse
- Pues si
Sentí algo de verguenza, propia y ajena. De allí vino el nerviosismo y pensé en quedarme descalz@ cosa que así no pasaría "roche".
Tonterías, pues había estado más de una hora metid@ en medio de todos y ya nos habíamos batido los unos a los otros por la cuestión estética. Mis amigos me llamaron para reventar globos con ellos y asi desquiciar a las niñas. Después nos juntamos en manchas para rajar y contarnos chistes, y así se fue pasando la fiesta.

Como lo teníamos advertido, fuimos abandonando el local cerca de las 10 pm. Yo estaba ronc@ de tanto gritar y reir. Tambien cansad@. De regreso a casa me quite el chaleco porque estaba acalorad@ y boté la boina por allí. Las zapatillas no me las saqué ni cuando me quité el resto del disfraz. Casi para irme a dormir mi madre me pide las zapatillas para guardarlas con el resto del disfraz. Practicamente me había olvidado que las tenía aún puestas. Ni mas me volví a poner el trajecito de torero machote.

Años después encontré apachurrada la bolsa donde mi mamá guardó el disfraz y me acorde de todos los detalles de ese día. En mi cuarto saque de su envoltura las zapatillas que use esa noche: ya no me quedaban.

Obviamente había crecido. Nunca más me volví a disfrazar ni para las noches de brujas de los años finales del colegio. Lo que vino años después ya no fue fiesta ni juego, ni actuación. En adelante todo sería la pura realidad.

29 de octubre de 2005

Chucu... quee???!

Y como está el combate? me pregunta cachosamente el guachimán de mi cuadra, como jodiendo al pata. El "Mister" me respeta hasta donde su conocimiento le permite. Como la mayoría de sus colegas, proviene de zonas donde se convive con toda clase de casos. Ningún escándalo de por acá les sorprende, como sí sucede con algunas señoronas que se desquician por la más pequeña mácula. Ellas, afortunadamente, son especie en extinción.
Conversar con los vecinos como se hacía en los barrios se ha vuelto cosa del siglo pasado, literalmente. Con esto del aumento de la inseguridad y la delincuencia, cada casa se esta convirtiendo en bunker y aislándose los vecinos unos de otros. El "otro" es ahora "del otro mundo": un perfecto desconocido... digno de desconfianza.
Por eso, desde hace unos años, las calles se han ido entregando una a una al "Guachi". La incapacidad de unión y solidaridad entre vecinos ha hecho indispensable contar con esta institucion dedicada al cuidado (parcial) del vecindario.
Pero todo tiene su costo: aparte de las cuotas por familia, y de las rejas que joden a todo el mundo menos a los delincuentes, las noches de madrugada previas al amanecer han dejado de ser el espacio-tiempo ideal para tomar la calle y recorrerla en libertad. Las personas que disfrutábamos de esa soledad nos tenemos que someter ahora a la mirada morbosa y criolla de algunos de estos vigilantes.
Aunque por mucho tiempo confié en su aparente indiferencia (producto del inevitable sueño nocturno), ahora encuentro que debo medir mis pasos. Salvo algunos problemillas en vecindarios ajenos (propiciados por otros elementos, que ya les contaré) mi opinión respecto a la presencia inevitable de los "agentes" era mayormente positiva.
Pero todo eso cambió cuando hace días me dí la licencia y el placer de caminarme un par de kilometritos en agradable compañia hasta mi casa. Antes había tenido bastantes contratiempos haciendo lo mismo pero esa vez mi compañía supo darme suficiente confianza como para liquidar mis paltas y guardarme la falda larga en mi bolso (alucinen).
Después de un par de horas de paseo, en las últimas cuadras camino a mi casa decidimos hacer stop en las bancas de una berma habiendo considerando que, a esas horas de la madrugada (4 a.m.), hasta los choros estarían durmiendo. Al irse agotando los temas de la conversa nos levantamos, me saque las zapatillas (mata andar más de 3 horas en tacos ) y nos despedimos en la esquina de mi cuadra. Content@ por la pacífica noche me retiré descalz@ a cumplir con mis 7 horas reglamentarias de sueño.
Pensando justamente en que podia repetir estos paseos con más frecuencia, un par días después me encuentro con el "Mister" para tratar temas concernientes al ornato de la ciudad (los vecinos se quejan de las micciones de mi mascota). Conversando como patas y cambiando una y otra vez de tema, terminó tocándome la fibra sensible, aprovechando la confianza:

- Y que tal el chuculún de anteanoche?
- Chucu... quee?
- Ja ja, el aguirre con el novio en el parque pee!!
- Aguirre? tas huamán! Yo?

- Me contaron pee! el gorro del parque se ganó con tu nota, y como te conoce no quiso joder!!

Aquí murió el payaso, señores. No solamente interpretaron nuestro inocente "chat" como un apasionado acto sexual, sino que la noticia viajó unas 3 cuadras desde el lugar de los hechos, llegando a ser del conocimiento de todo el personal.
Imagino que la anécdota debe haber alimentando el imaginario de muchos vecinos preocupados por su comunidad. Si por medio de los guachis y vecinos me enteré que un hijito pastrulito de papá estrello el coche dentro de su propio garage, y que una señora friolenta no se fue de viaje sino que se fugó con el mejor amigo de su esposo... en que orden de cosas estaré encajando shooo!
Sereno moreno le dije al informante. No quise indagar más respecto a como mi "impecable reputación" estaba siendo destruida... y cambiada por otra "reputación". Más bien le dejé que procesara la idea de que pude estar siendo atacad@ y nadie hizo nada. Por tanto: el testigo de cuentas o es negligente o es un "palero". Imagino que dejó volar su imaginación para soliviantar esos ratazos de aburrimiento a los que están sometidos estos trabajadores. De todas formas, imaginación o miopía, jode.

Míster, la próxima vez que me vean "en acción", cumplan con su deber: inspeccionen, verifiquen y procedan a reprimir el acto sodomita, de haber alguno. Quien sabe, me estén salvando de perder la inocencia.

22 de octubre de 2005

Bye, bye, estacionamiento

Buuu!! Destruyeron el estacionamiento del óvulo de Miraflores para reemplazarlo por un local del Saga Falabella. 60 segundos de silencio por su metálica fachada que le daba aires de edificio federal (snif!). Mi duelo no es para menos: mis "puntos de referencia" pueden estar desapareceriendo todos. Osea esta ciudad es cada vez más extraña y yo cada día mas perdid@.
No crean: no me estoy partiendo de dolor por esos avances de la modernidad en los que estoy 100% de acuerdo, sino que manifiesto mi perplejidad ante la repentina irrupción del cambio. El tiempo no perdona, lo sabemos todos, pero mi palta es: porque no (me) avisarooon!!
De haberlo sabido antes creo que me hubiera tomado muchas más foticos del lugar, porque de hecho en muchas de mis tomas aparecía la plástica figura del pacífico estacionamiento, pero no tenía ninguna dedicada exclusivamente a su cascarón de lata. Además su imagen es indesligable de ciertos episodios que no necesariamente ocurrieron en sus interiores de concreto calato. Y no hablo sólo por mí sino, quien sabe, por algún conocido tuyo carissimo lector.
Por otra parte esta bien que el Saga abra un nuevo local, y en Miraflores donde antaño se podía comprar buena ropa en sus diversos y originales establecimientos. Los shock noventeros la convertieron en el point mas ficho de los productos de a luca. Cuando existía la cadena de tiendas Oeschle no me imaginaba que sus locales terminarían usurpados por negocios de ropa "al por mayor", de esos cuya mercadería no viene en lotes sino en fardos, y que sólo sirve para ir a la guerrera. El pacharaqueamiento es un fenómeno casi normal, pero creo que más digno hubiera sido que esos edificios se hubieran entregado a otro tipo de negocios, y no a una caricatura de lo que antes fueron.
Se extraña de todas maneras la calidad de los productos de antes. La ropa que se puede comprar en los Saga o Ripley podrá ser linda colorida y llamativa, pero tiene su "fecha de vencimiento". Me encantan las prendas marca Sybilla pero, aceptémoslo, no esta hecha para el heavy duty que le daría yo, ji, ji.
Ya veremos como se desarrollará la competencia con el Ripley's. El nuevo Saga se ha instalado en la frontera con la parte aburrida del distrito. Supongo que contarán con chaparse antes a la chibolada del ICPNA que va de bajada por allí. De todas formas con esa esquina tomada las cosas por allí cambiarán mucho. Aunque están de moda los cambios y transformaciones, también estan ocurriendo por allí algunas resurrecciones como la del Cine El Pacífico, el favorito de la gente que ibamos por los 2X1 de los Martes.
Ojalá se animen a recuperar tambien los cines Romeo y Julieta (donde podía estirar mis piernas viendo películas "no comerciales") o algunas galerias en Larco, Benavides o los Pinos, al menos para tener presente en donde me nacieron algunas manías siendo aún tiern@ escolar. Pero eso ocurriría sólo si la Municipalidad fuera más benévola en materia de impuestos, algo seguramente difícil considerando que cada día hay más delincuencia y menos negocios formales que exprimir. Provecho pues, pero al menos tengan la decencia de controlar mejor a sus Serenos, sobretodo a ciertos que andan por los malecones: De noche no tod@s l@s gat@s son pard@s.

15 de octubre de 2005

¿Hasta donde llegaré?

Salvo en la intimidad no me había animado antes a contar ciertas cosas. Y esta noche me provocaba contar mi historia de una vez como suelo hacer cuando quiero compenetrarme con alguien que quizá esté interesad@ en conocerme de verdad más alla de las impresiones que pueda provocar. Pero creo que eso de mis comos y porques lo dejaré para otras ocasiones pues el relato me estaba resultando tan grande y detalloso que jamás podría tenerlo como a mí me gustaría, listo para digerirse deliciosamente a través de la lectura.
Hoy que tantas ganas tenía de cometer ciertas travesurillas (no sean mal pensados) terminé medio depre, al mas puro estilo estudiantil. Conversando como suelo hacer por los chats encuentro que el tema de mi identidad no esta cerrado. Siempre dejo en claro en mis conversas que no solamente soy un chico de veintitantos años que se viste de mujer, sino un@ que se siente mujer. Para la gente que conoce del espectro de opciones sexuales yo sería lo que podría denominarse un transgender (transgenero), algo así como el medio camino entre travesti y transexual. ¿Y porqué no transexual de una vez? fue la pregunta que me lanzaron. Mi respuesta es: tengo aún mucho por recorrer.
Recorrido el cual tiene que ver conq ue resuelva muchisimas cosas que van desde mi físico hasta los "aspectos legales". Estamos en el Perú amigos, y aunque no soy de esas personas que para protestando por discriminaciones o reclamando derechos, tengo que reconocer que andamos muy muy limitados en cuanto a mentalidad y humanidad. Yo me incluyo, por si acaso.
Cuanto quisiera por ejemplo, lucirme de día en la calle sin tener que ser víctima de groserías, reproches o ataques. Y no porque me vea mal, sino por ciertos detalles que bien podrían pasar desapercibidos pero que, en mi experiencia, basta conque una sola persona repare en ellos para que comience la alharaca. Aunque mi constitución original es la de un chico, me hube dedicado mucho a "refinarlo" lo suficientemente femenino a punta de ejercicios y cierta disciplina sin tener que recurrir a cirugias o tratamientos hormonales (los cuales escapan a mi economía).
El tener un par de buenas piernas me ha animado a seguir adelante con mi "programa de transformación" a pesar de mi constitución masculina original. No tengo remedio: Soy una persona fetichista cuyo objeto de admiración no sólo está en los miembros ajenos sino en los propios. Eso debe explicar un poco las fotitos que suelo colocar en este inocente website.
Antes quizá sólo me importaba sentirme cómod@ vistiendo ropajes femeninos. Después descubrí la satisfacción que me producía el sentir calzado femenino como zapatillas y sandalias atadas a mis piernas. Al espejo las veía tan hermosas así, que me decidí a lucirlas con prendas más cortas que otorgan una verdadera sensación de libertad.
Al pensar en esas ocurrencias mías que se han dado con el tiempo, pienso también en las personas como mi family que han sabido soportarme y mantener intacto su cariño hacia mi.
Creo que esta pesando mucho cierta melancolía mía en estos momentos que ando relativamente sol@ por voluntad propia debido a ciertos impasses. Extraño cosas como inocentes conversas y paseos por la calle. Extraño tambien incidentes graciosos, ridículos que entonces me causaron vergüenza infinita pero que ahora recuerdo con agradable hilaridad. Extraño la compañia, la cercanía de personas con quienes compartí muchas cosas intimas. Y de entre todos ellos, extraño a aquell@s con quienes descubrí las sensaciones que persisten en mi memoria y atraviesan mi cuerpo como reclamo y satisfacción a la vez.
En estos momentos que estoy sentad@ frente a la PC podría simular tales sensaciones que me provoca el solo recuerdo. Y aunque no me interesa mucho el cibersexo (me inhibo rapidamente cuando reconozco ciertos tipos de persona al otro lado de la conexión) provoca mucho recrear episodios a manera de historias y vivificarme con ellos.
La soledad propicia cosas como esas. Hoy Sábado en la noche en que mucha gente anda paseando y divirtiéndose, yo en casa tras una semana laboral tensa encuentro a través de esta pantalla el consuelo de que al otro lado alguien puede estar viviendo, experimentando y deseando lo mismo que yo. No importa quien sea y si nunca nos vemos. La sintonía remota se siente con cada frase que completo al escribir como si eso nos acercara un poco más.
Por eso, a pesar de lo que dicta el termómetro, no siento que el frío cale en mis piernas semidesnudas. Más bien ellas me reclaman que salgamos a caminar aunque sea para pasear a las mascotitas de la familia. Quizá lo haga más tarde aprovechando que los horrorosos huachimanes estan soñolientos y el alcohol nubla muchas vistas mermando la atención; pero mientras me decido, me quedo acá explorando y escribiendo haciéndome de un poco de calor humano frotando mis piernas como si manos ajenas las quisieran desnudar para poseerlas so pretexto de acariciarlas, tal como me gusta. Esto no será el amor, pero así lo recuerdo yo.

14 de octubre de 2005

Y dale...

La vez pasada me tocó por enésima vez el "revelarme" ante una persona en cuya cara se notó algo así como que no le gustaba atún con mermelada. Pero creo que exageré la nota porque el muchacho tendría que haber sido criado en un convento (por no decir nacido en él..) para que se rasgara las vestiduras o hirviera de indignación (santa ira) ante el descubrimiento de mi verdadera identidad. Pero como trabajamos bajo los mismos tubos fluorescentes las incognitas se fueron despejando una a una. Como debe ser.
Para comenzar malinterpreté su estupefacción. "Que bien, ah?" Entonces que fue lo que produjo el malestar (según mi modesto entender): pues nada más y nada menos que con mi revelación el ambiente se acercaba un poco más al de peluquería avenida Abancay. Sin comentarios.
Es cierto que los travesti, transexuales, shemales, etc. no tenemos buena fama "gracias" a ciertos elementos que me abstengo de mencionar. Pero de alli a ser considerad@ algo asi como "la gota que derrama el vaso" o "la cereza que coronó el pastel" merece un poco más de análisis, y sangre fría. Ya no se trataba sólo de mí, sino de mis amigos, mis causas, mis yuntas, etc... Si hay algo que me revienta del pensamiento criollo es su visión "general" de las cosas. Osea si hay algo mal en un lugar, entonces todo anda mal allí. Es la forma más fácil de describir una situación, algo que se nota en nuestra prensa por ejemplo. Y pensandolo bien es la lógica que impera en nuestra visión tercermundista de las cosas. Estamos rejodidos porque todo lo vemos malo y no somos capaces de extraer lo valioso como para por lo menos decir que la realidad tiene su complejidad.
Pero menos mal que soy supercomprensiv@ porque, ¿Quien no siente alguna vez que esta metid@ en un fango que todo lo ensucia? Por eso lo mejor es evitar entrar en rollos metafisicos con el interlocutor, tomar deportivamente las cosas y establecer firmes canales de comunicación.
Conque la abancay, ja ja. Bien, porque alli me traté el cabello y lo hacen muy bien (y barato), te lo recomiendo, eh? Una vez mas el recurso del humor cumple con resolver una situación tensa. Asunto arreglado, más comunicación menos broncas, viva la paz. Que no tenía porque hacerme tanto rollo en la cabeza (y en mi blog)?... pues si. Cuesta un poco hacer valer estos pequeños avances porque en principio un@ nunca termina de conocer a alguien ya que nuestra humanidad individual es tan grande que no quepa toda en una sola cabeza. Que nadie se sorprenda que en alguna ocasión al mejor de tus amigos se le escape un comentario o gesto nada agradable. Lo que en ocasiones entretiene, en otras puede ofender. Para nosotros l@s peruan@s es común alternar con estas situaciones. Por eso hay que tener algo de psicólogo o psicoanalista para "manyar" la nota en el momento y no caer en la "sorpresa" y el desconcierto: La temida monsedad.
Hay que tener "don de gentes" para no caer en eso y hacerse higado por las puras. Pero cuando recien se conoce a la persona y se ha establecido cierta confianza es dificil predecir como evolucionará esta y con qué rapidez. Por eso no pude evitar la sorpresa cuando el compañerito recién despejado se dignó a expresar sus certezas: "Pero tas bien porque tienes un buen CULO..."

Y dale... Santos cánones de femeneidad diría nuestro colega Robín. Acepto el halago porque me preocupo hasta el calambre por mi físico. Pero, porque será que no me gusta que ciertas personas se preocupen por él?

Gracias "Sexto Sentido" por tu agudeza.
Moraleja: Hay que mirar bien a los ojos... para no confundir morbo con estupor.

11 de octubre de 2005

Cabos (y otros oficiales) Sueltos

Es increíble como el tiempo se le achica a un@ cuando más ideas tiene, como la de bloggear. Creo que había una Ley de Murphy al respecto que decía algo así: “La cantidad de tiempo útil disponible para tus proyectos personales es inversamente proporcional a las ganas que tienes por llevarlos a cabo”. Cruel verdad que tiene su correlato en el enrarecimiento del ambiente de trabajo cuando se tiene una dosis de optimismo.
Ayer terminando mi comisión de trabajo y preparandome para una inocente salidita de fin de semana me encuentro con que había dejado pendiente resolver un “cabo suelto” con un compañero de trabajo, simpático él, pero que últimamente me estaba mirando feo debido a un incidente aparentemente sin importancia.
El muchacho en cuestión quien supuestamente sabía que este nene tiene su versión nena, había asumido la verdad de la milanesa como una de esas omnipresentes chacotas criollas de mariconear a todo el mundo en señal de patería. Como ustedes habrán experimentado en carne propia, queridos masculinos, una de las formas mas comúnmente aceptadas de demostrar confianza entre amigos es permitirse ser “humillado” mediante la negación de su "condición natural":
“Habla gey! Como estas!”
“Oe maricón, donde te fuiste!”
“Anda ven! No seas cabro!”
“No seas homosexual! Prestate una luca”

… etc
Costumbres así propician el ambiente perfecto para pasar piolas, no lo creen? Bueno, a lo que iba es que a este compañerito no se le había ocurrido que lo mío iba en serio. Sin considerar como alabanza o nuestra de tolerancia esa criollísima forma de sostener relaciones interpersonales, no me había preocupado (hasta ahora) por confirmar sospecha alguna si acaso hubiera surgido una. El amiguito en cuestión había escuchado por ahí que me “vestía como hembra” y por tanto no era quien decía ser (“una persona normal”).

La terrible carga de la semana pasada acalló un poco sus ganas por llegar al fondo del asunto y yo, fiel a mi forma de ser, continué laborando como si nada.
Terminando la jornada pensamos que sería buena idea aprovechar Lunes que muchos locales gimen en el abandono para darnos una pequeña licencia. Pero como no había cumpleaños por celebrar, ni partidos de la selección que lamentar, variamos un poco los planes y fuimos a parar a la "residencia" de una compañera para apreciar su última adquisición: el DVD de la película “Team America” de los creadores de South Park, recién compradito en Polvos Azules.
En los estertores y contracciones de risa hacia el final de la película (se l@s recomiendo si quieren cagarse de risa, literalmente hablando) refiriéndonos a los customes de las marionetas femeninas se disparó el comentario desencadenante de la situación. “Noo! Pero alucina que hasta a él (refiriendose a mí) le queda mucho mejor”.
No hubo silencio sepulcral, sino la confirmación entre risas de un supuesto Vox Pópuli que no era tan Pópuli habida cuenta que había uno y solo uno que no lo había creído. Su gesto adusto y su mirada inquisidora (osea, se quedo palta) confirmaron que quería irse.
La tensión estaba in-crescendo. Si hay un “maricón” en el grupo, más una "chica pacharaca", mas un "gordo resina" (estos son algunos de mis amigos, que les parece?) conclusión: “que hago yo allí”. Mi comparito el “gordo resina” le hizo brotar su incomodidad ante la invitación para una ronda de sangría hecha en casa. Respondiendo “no, no, gracias, me quito, chaufas” inmediatamente se quitó la espina de encima, porque dirigiéndose a mi preguntó:

- “Osea eras homosexual”
- Y con mi obviedad a flor de piel: “Pues, lo que quieras!” (es ke en realidad soy bi)
- “No, no, sin payasadas pe. Puta que la verdad pense que estabas jodiendo, nada más”
- (Jodiendo yooo??? Aqui nos ponemos seri@s:) “Mira, si no lo sabías, ya lo sabes. Y normal!”
- “Ahh! Ya pues, igual ya me quito”
Ya pues, dejad que marche. Y se marchó. Osea al día siguiente, todo correría por mi cuenta. Osea podría hablarle tranquilamente como gentes civilizadas, racionales, no? Porque no es conveniente, en aras de la convivencia y la tolerancia, que un colega nuestro se quede con la espina clavada en su corazon, bla, bla, bla…

“Puta, dejalo que ya se le pasara al maricón” dijo el "gordo resina".

Sabias palabras de alguien que tiene más recorrido en las lides de la vida en las que me considero apenas embrión. Tampoco era para exagerar la nota que paltas las tiene cualquiera en cualquier momento. Que es lo peor que podría pasar? Eso ya los veremos que por ahora a lo unico que temo es a que... me coja el serenazgo! Maaaaaaaaadreeee!!

Hoy en la mañana estuvimos laborando como si nada aunque no nos hemos cruzado palabra más que para pasarnos unos archivos por la red. Será profesionalismo o que cosa?, no lo sé. A ver si en estos días se arma de valor y me pregunta más cosas para despejar ciertos pensamientos de su cabeza, porque de tenerlos los tiene. Pero no es que me importe tener buenas relaciones con él, sino que cuando siento que alguien me conoce mejor (muy independientemente de la valoración que tenga hacia mi persona) es cuando me siento más libre. ¿Qué les parece?

Hecha la moraleja Disney, para otra ocasión les cuento porque pongo con cada post mío, foticos mías como esta.
Son lo máximo ustedes, ojitos lectores. Hasta la próxima!